Editorial
EL MOVIMINETO AVANZA
Son estos momentos convulsos y, como tal, generadores de las mejores y de las peores reacciones del ser humano.
Ya se venía gestando desde hace décadas que este funcionamiento planetario estaba llevando a unos desequilibrios intensos.
Ya se anunció en el último semestre del 2019 que se estaba pariendo un nuevo orden económico, financiero, social, emocional y político que nos llevaría a una manera diferente de vida.
Este cambio social necesitaba de una justificación mundial que llegase a casi todos los lugares del mundo.
Esta crisis económica no podía presentarse como la del 1929 en la que la pobreza afloró en las calles con colas de personas hambrientas y con gran revuelta popular.
Tampoco eran suficientemente creíbles a nivel mundial las epidemias presentadas a partir del 2000 como las de la epidemia aviar, el SARS y la gripe A.
Con los nuevos sistemas de investigación y de comunicación se seleccionó una realidad creíble como son las nuevas epidemias infecciosas.
En esta ocasión los medios de comunicación utilizaron la información visual, escrita y sonora en tiempo real y fueron creando día a día un conocimiento basado en el miedo profundo que ya a finales de enero 2020 se convirtió en un pánico masivo colectivo e individual planetario.
Como no era suficiente, corrigieron las experiencias de 1929 y del 2000 y nos privaron de las libertades comunitarias y personales a través del Decreto de Alarma que consistió, en la práctica, en un Golpe de Estado Dulce.
Toda esta realidad vivida a lo largo de España, de Europa y del Mundo no ha tenido las mismas interpretaciones.
Muchas personas se lo han creído casi todo, muchas otras dudan de la información vertida y de la conveniencia de las decisiones inexpertas que se han tomado y un buen grupo de gentes hemos respondido a lo largo de los meses de febrero, marzo, abril, mayo, junio, Julio, agosto, septiembre y los que hagan falta.
La sociedad es tan dinámica que han aparecido nuevos grupos y colectivos que luchan por la libertad vacunal, por la supresión de la mascarilla, de las pruebas del coronavirus, por la dignificación del confinamiento, por otra visión de la teoría infecciosa y por la generación de una economía autogestionada.
Esta crisis epidémica durará el tiempo que necesiten los administradores para implantar este nuevo orden de riqueza y de pobreza.
No será utilizada para aprender y modificar tendencias sino para obligar a hacer las cosas diferentes creando todavía más desigualdades.
Consejo de Redacción LLV