Editorial
TIEMPOS DE LIBERTAD
Tras los acontecimientos vividos en mayo del 2015 por la muerte de una persona afectada por difteria en la población de Olot (Cataluña), las administraciones vuelven a dar otra vuelta de tuerca con la finalidad de estimular a la opinión pública y arrinconar a los que son críticos en España con las vacunaciones masivas.
Por este motivo, el Comité de Bioética de España (CBE), rápidamente, en cuestión de 6 meses, elaboró un informe titulado «Cuestiones éticolegales del rechazo a las vacunas y propuestas para un debate necesario» en el que tras llevar a cabo un análisis oficial de la realidad vacunal aceptó que en España no es posible cambiar actualmente las leyes para evolucionar hacia una obligatoriedad e hizo hincapié en la promoción de la educación sanitaria favorable a la vacunación, en la creación de incentivos y en la recomendación de aplicar castigos a la población que no acepte las vacunaciones masivas.
Este análisis puede aplicarse no solamente a España sino también a países nórdicos como Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Suecia, Noruega, Dinamarca y Alemania. Sin embargo, no podemos decir lo mismo de Francia, Italia, Polonia, Hungría, Croacia, Eslovenia y más países de la comunidad Europea.
Estos últimos meses han sido muy duros sobre todo para nuestros compañeros franceses, italianos y polacos porque, por primera vez, se impone la obligatoriedad, y además, amparada en la inmunidad jurídica. Quiere esto decir que se limitan las libertades entendiendo que la vacuna no perjudica en absoluto y que se exime de toda responsabilidad al fabricante y a la administración.
No son buenos tiempos para las libertades ni para nuestros colectivos críticos. Desde hace una década La Liga para la Libertad de Vacunación, decidió no enfrentarse abiertamente ni directamente a las administraciones y no provocar a los poderes industriales. Hemos procurado generar la mayor y mejor información respecto a las vacunas. Ahora bien, es posible que, a corto plazo, como nuestras compañeras europeas, en algún momento tengamos
que salir a la calle y partirnos la cara.
Hemos propuesto a nuestros compañeros de preparar una manifestación en Bruselas en el 2018.
Compañeras y compañeros no son buenos tiempos para la libertad pero salgamos o no a la calle lo que si haremos es estar todas y todos juntos
Consejo de Redacción LLV